En un mundo donde la sostenibilidad se ha vuelto una demanda cada vez más apremiante por parte de consumidores, inversionistas, competidores y proveedores, las empresas mexicanas enfrentan un desafío crucial: medir rigurosamente el impacto que generan en el ámbito social, ambiental y económico, algo que se conoce como el triple impacto dentro del Movimiento de Empresas B.
Medir para mejorar
Aunque es innegable que cada vez más empresas se esfuerzan por generar un impacto positivo, es necesario que sus iniciativas estén alineadas con las áreas estratégicas del negocio, un punto donde entra en juego la medición rigurosa del triple impacto, una práctica aún incipiente en nuestro país.
No obstante, es en este vacío que la Evaluación de Impacto B se erige como una herramienta esencial, permitiendo que las empresas midan su impacto de manera gratuita a través de cinco pilares estratégicos: gobernanza, trabajadores, comunidad, medio ambiente y clientes.
A pesar de ello, también existe el reto de estandarizar los criterios de medición, ya que cada entidad solicita diferentes modelos para evaluar el impacto. La falta de armonización genera dificultades para que las empresas exploren nuevas oportunidades de mejora e innovación en sus modelos de negocio, limitándose a reducir riesgos en función de estos criterios.
Por lo tanto, y en pro de lograr avances significativos en la sostenibilidad empresarial en México, es fundamental un esfuerzo conjunto entre las empresas y organismos internacionales, ya que la autorregulación empresarial y la búsqueda de herramientas de mirada regional o global, como el SDG Action Manager del Pacto Mundial de la ONU y B Lab, son pasos en la dirección correcta.
Evitar el greenwashing y asegurar la efectividad de las acciones honestas es crucial para mantener la credibilidad de las empresas en términos de sustentabilidad. La medición integral del triple impacto de la empresa es clave para garantizar la transparencia y veracidad en sus iniciativas, lo que se traduce en una mayor confianza por parte de inversores y clientes.
El Poder de la Sostenibilidad Empresarial
Adoptar prácticas sostenibles y medir el impacto de manera integral es esencial para atraer inversiones y generar un impacto positivo en México, puesto que las empresas sustentables se han convertido en un foco de atracción para inversores, con más de 2 mil millones de dólares invertidos en Empresas B en todo el mundo, según datos de B Lab.
No obstante, la sostenibilidad empresarial no solo se trata de cumplir con requisitos, sino de asumir la responsabilidad de liderar el cambio hacia un futuro más sostenible y equitativo. Es el momento de que las empresas mexicanas se sumen a la acción colectiva, adopten prácticas sostenibles, y utilicen herramientas como la Evaluación de Impacto B para medir y mejorar su impacto. ¡Juntos podemos construir un futuro más sostenible para México y el mundo!
Ante la crisis ambiental y social que atravesamos, la economía regenerativa surge como un modelo transformador capaz de restaurar ecosistemas y comunidades, donde la biodiversidad y los saberes culturales de los pueblos originarios pueden inspirar nuevas formas de hacer negocios.
En un momento en el que las empresas son consideradas cada vez más como agentes del cambio, B Lab comparte los resultados de su última consulta pública, que revela cómo las opiniones de la comunidad están dando forma a los nuevos estándares para las Empresas B y las empresas que buscan ser una fuerza para el bien.
Debido a su capacidad para ser resilientes y resistir la volatilidad, las empresas con enfoque de impacto son cada vez más atractivas para captar inversiones.