En México, la adopción de la economía circular ha sido lenta y superficial; no hemos logrado separar el crecimiento económico de la degradación ambiental. Cuanto más crecemos, más recursos consumimos. Por ejemplo, la productividad material de México es de 1.7 dólares por kilogramo, lo que significa que por cada kilogramo de recursos finitos consumido, se generan menos de dos dólares. En comparación, la productividad promedio de la OCDE es 40% mayor, y en países como Italia, es el triple.
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Con el objetivo de promover un comercio justo y sostenible, TEKITI pone en marcha un estudio pionero para establecer un salario digno con comunidades artesanas de Jalisco. Esto podría transformar la manera en que valoramos el trabajo artesanal en México.
Ante la crisis ambiental y social que atravesamos, la economía regenerativa surge como un modelo transformador capaz de restaurar ecosistemas y comunidades, donde la biodiversidad y los saberes culturales de los pueblos originarios pueden inspirar nuevas formas de hacer negocios.
En un momento en el que las empresas son consideradas cada vez más como agentes del cambio, B Lab comparte los resultados de su última consulta pública, que revela cómo las opiniones de la comunidad están dando forma a los nuevos estándares para las Empresas B y las empresas que buscan ser una fuerza para el bien.